11 sept 2011

Hoy hace diez.

Creo que hoy es un día señalado para escribir. Un día señalado en el calendario de muchísimas personas. Tal día como hoy, y hace 10 años, Al Qaeda derrumbaba las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York. ¿Cómo? Estrellando aviones suicida contra ambas, demostrando de todo menos escrúpulos y humanidad.


Podría hablar mucho de aquel día pero creo que pasada una década ya se ha hablado suficiente. Hoy es un día negro, de triste recuerdo. Recuerdo hacia las víctimas, hacia las 2974 personas que por allí rondaban o que allí trabajaban.

Tengo la impresión de que en este mundo en el que nos ha tocado vivir todo se politiza desde la mayor parte de los medios. El ejemplo más cercano lo tenemos dentro de nuestras fronteras. Aquel 11 de marzo y días posteriores se habló de las víctimas, de la tristeza. Pero semanas después casi lo único que podías oír eran críticas entre PSOE y PP. Sinceramente, elucubrar con si los primeros habían negociado con terroristas para dar un vuelco a las elecciones, o con que los artífices de tal atrocidad eran unos u otros sin saberlo con certeza me parecen actos deleznables, deplorables y que jamás se nos deberían olvidar. No politizéis esto, por cierto, no es una crítica hacia el PP. Ni tampoco hacia el PSOE. Es una crítica hacia cómo se puede dar la vuelta a un terreno hasta llevarlo a la zona premeditada y que conviene, sin vergüenza alguna.

Vuelvo al 11-S. Pasó algo parecido, con el presidente Bush y las teorías conspiranoicas sobre si había sido por la guerra de Irak o no, sobre si le daba igual o no. Sinceramente, si hoy, décimo aniversario de aquello, vemos las imágenes y nos acordamos del presidente de los Estados Unidos de América en aquel momento es que algo se hizo, evidentemente, mal o muy mal.

No me malinterpretéis, no condeno que se hable de Bush, la gente tiene el derecho (y me atrevería a decir que casi la obligación) de saber la verdad, pero en este tipo de temas los rumores y conspiraciones tienen creo que todavía menor cabida que en otros.

A donde quiero llegar. Hoy, día para hacer memoria, no quiero acordarme de lo que muchos se acordarán. No me quiero acordar de Al Qaeda, ni de Bush, ni de Irak, ni de Obama, ni de Bin Laden. Hoy me parece apropiado recordar los que fueron los verdaderos y tristes protagonistas de la tragedia. Las 2974 personas, vidas, como la tuya o la mía, con sus familias, hijos, hijas, esposas, maridos, amantes, trabajos, inquietudes, ilusiones...
A todas ellas se les apagó el brillo de sus ojos, sus vidas y con ellas todo lo que he nombrado antes acabaron en instantes. Se extinguieron exactamente cuando el fuego empezaba a rezumar entre hormigón y metal derruido.

Por ello, olvidemonos de todo lo demás. Solamente ellas y ellos son los que hoy merecen nuestro silencio, nuestro respeto, nuestros sollozos. Y por tanto esto va dedicado a todas esas personas, y a todas esas cosas que dejaron atrás.

Ojalá estos diez años, esas casi 3000 personas nos sirvan para una sola cosa que no debemos dejar pasar bajo ningún concepto. El rechazo total y absoluto a cualquier tipo de terrorismo. Que nunca, NUNCA tengamos que volver a recordar algo así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario